Ayer el New York Times Español publicó mi artículo de opinión sobre Venezuela y lo que debe y no debe hacer la comunidad internacional. 

Cómo evitar la guerra civil en Venezuela

El 16 de julio, más de siete millones de venezolanos votaron en un plebiscito que rechazó de manera tajante los planes del presidente Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Constituyente para redactar de nuevo la Constitución. Fue una notable demostración a través de un evento electoral organizado autónomamente y encarnó un sólido revés, aunque no exento de tensiones, en los distritos de la clase trabajadora que alguna vez fueron bastiones de Hugo Chávez, el predecesor de Maduro.

Desde el plebiscito, la oposición venezolana ha dado pasos hacia el establecimiento de un gobierno paralelo. Esto podría mantenerse como una iniciativa simbólica, pero si la oposición sigue avanzando en ese camino, pronto podría estar buscando el reconocimiento internacional y solicitando financiamiento, y, al menos implícitamente, estaría afirmando el derecho a hacer un uso legítimo de la fuerza como gobierno paralelo. Posteriormente, perseguiría lo que cualquier gobierno quiere: armas para defenderse. Si tiene éxito, Venezuela podría caer en una guerra civil que haría ver el conflicto actual como una pelea entre chicos de secundaria.

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